pequeña
Laura Ledesma
Filóloga de vocación, publicista de profesión y copy de corazón. Llegué a la publicidad de rebote y me quedé. Siempre he sido una amante incondicional de las letras y ahora lo soy también de la buena publicidad. Vendería mi alma por un viaje alrededor del mundo, el cuerpo de la Ratajkowski o una buena tortilla de patatas. ¿Quién da más?
Leave a reply