Vivimos en la época de la viralización de contenidos, raro es el cliente que no llega con la idea predeterminada de que quiere una imagen o un vídeo que sea viral y todo el mundo pueda conocer su marca en tiempo record, seguro que a los profesionales del área os suena mucho la escena…
Parece que generar un contenido viral es de lo más sencillo, lo consigue gente sin proponérselo como el vídeo de este verano «la que has ‘liao’ pollito» una frase que dió la vuelta al universo redes sociales varias veces en pocas horas y después cayó en el olvido para ser recuperado en los zappings de diciembre. Seguramente, el éxito de la viralización recaé precisamente ahi, en que son contenidos espontáneos y que llegan a la persona concreta que está predispuesta a compartirlo y esto señores, ¡es casi imposible de pronosticar!
Los ingredientes para un contenido viralizable están claros:
– Divertido.
– Atrevido.
– Sorprendente e inesperado.
– Original o incluso puede que rídiculo.
– Pegadizo.
– Oportuno.
Al final este último ingrediente es el fundamental, la oportunidad del contenido será clave para que este se comparta y por tanto se extienda por las redes sociales con nuestra marca aparejada. Para que esto ocurra la probabilidad juega en nuestra contra por ello no debemos desmoralizarnos si hacemos un vídeo que pensamos que se viraliza seguro y después resulta que no es así. Debemos seguir intentándolo y no solo en formato vídeo porque hay imágenes que son mucho más económicas de producir y de compartir por tanto también de viralizar o inclusive textos que llegan a las portadas de los medios por ser controvertidos o muy muy divertidos como ocurrió en el caso de un original copy de descuento que se comentó en El Intermedio del Gran Wyoming y se viralizó triplicando las visitas a la web.
¿Casualidad u oportunidad? Un poco de ambas, el equipo de la empresa de cupones descuento aprovechó un contrato que nunca se había lanzado (inesperado) para hacer un texto diferente y muy cuidado sobre un tema que a priori no tiene nada de gracioso y se lanzó a la piscina, mediante un intenso trabajo de dinamización en redes sociales y de investigación para llegar a las personas adecuadas a través de estas consguió llamar la atención del equipo del satírico programa de televisión y ¡Bingo! hablando de Groupon en prime-time y ¡gratis! No se podía pedir más.
En este caso, el contenido no llego a ser viral porque el aumento de visitas a la web y al texto fue solo de una noche pero si consiguió un beneficio como es el incremento de visitas a la web y mejoró la facturación que son los objetivos de cualquier página de venta online.
Por ello, para viralizar un contenido debemos tener muy en cuenta la originalidad, por supuesto una buena dinamización y tener gracia.
Ya conocéis el dicho…
«más vale caer en gracia que ser gracioso».