Estos días he oído decir algunas cosas que me han hecho estremecer. Instituciones europeas que convocan reuniones de emergencia a 15 días vista a las que envían ministros de interior en lugar de gobernantes, países que quieren impedir la recepción de asilados que se verán desamparados y a la intemperie a las puertas del invierno; periodistas de medios xenófobos que patean a padres con sus hijos; masas de gente que se manifiestan en contra de recibir y ayudar a congéneres; individuos que lo primero que se les pasa por la cabeza es que los refugiados les van a aquitar el trabajo.
En definitiva, entes que piensan en las personas que huyen por salvar sus vidas en términos de consumo de recursos, de competencia por el bienestar o en no se qué otra diarrea mental, siempre olvidándose de que estamos hablando de personas, hombres, mujeres y niños que huyen de un calvario. Para los que aún no han tenido ni siquiera la decencia de informarse de qué es exactamente de lo que huyen, se trata de nada menos que de una guerra entre el dictador y genocida Bashar Al-Asad y el salvajismo de Estado Islámico, entre otros actores más pequeños que también andan metidos en esta masacre.
No podemos ni imaginarnos el infierno por el que esta gente ha pasado, está pasando y pasará incluso aunque les demos asilo. ¿Que coño hay que pensar? ¿Qué hay que discutir? Mientras los gobiernos piensan y repiensan hay familias durmiendo en la calle, malnutriéndose y sobreviviendo como pueden. Mientras vosotros pensáis, yo ofrezco mi casa. Mi casa acoge refugiados, mi casa da asilo. 2 o 3 puedo acoger y seguro que hay miles de personas más dispuestas en toda Europa a reaccionar ante lo que sus gobiernos se congelan.
Gobiernos, dejad de pensar en infraestructuras y que lleguen a nuestros hogares: dejad a la sociedad que sea solidaria. Os pensáis que todo son centros de acogida e infraestructuras y os olvidáis de que la solidaridad y la ayuda nace en las personas. Dejad que os ayudemos a resolver este problema de egoismo con nuestra solidaridad. Dejad que seamos nosotros mismos quienes acojamos en nuestras casas a los refugiados. Y luego, con todo el mundo durmiendo y comiendo caliente, ya se verá.
Este es un llamamiento a toda la gente decente que quiere ayudar y poner su casa a disposición para que estas personas pasen dignamente por este indigno capítulo de sus vidas. Alcemos nuestra voz y dejemos que nos oigan. #MiCasaDaAsilo
Espero que sepáis entender esta salida de temática en el blog, pero soy un firme creyente de que cada uno debe hacer lo que esté en su mano para mejorar el mundo en el que vivimos y estoy convencido de que mi deber es usar este pequeño altavoz que es el blog de Brandominus para tratar de hacer reflexionar a quienes sufren esos pensamientos e ideas tan destructivas para con sus congéneres.
También espero que esto sirva para concienciar aunque sea sólo a una persona.