A la hora de elegir una agencia de marketing online, un alto porcentaje de empresas a partir de un presupuesto de marketing determinado, en particular de marketing digital, ni siquiera se plantean contratar una pequeña agencia. La reputación, los premios, la historia, en una palabra, la seguridad que los gigantes de la publicidad transmiten al mercado está sin duda detrás de esa predilección. Pero ¿realmente una gran agencia es siempre la mejor opción?
Siendo director de una pequeña agencia creativa digital, es evidente que mi respuesta es «No». Pero espero que no te enfangues en creer que es evidente porque mi opinión se amolda a mis intereses. Simplemente si la respuesta fuera «Sí» no me habría sentado a escribir estas líneas.
Volviendo al tema, lo primero que hay que tener claro es que mientras que las grandes agencias son una categoría uniforme, las agencias pequeñas podemos agruparlas por tamaño, pero más allá de eso las diferencias son abismales. Las hay que venden packs de marketing en redes sociales para autónomos y microempresas, no muy preocupadas por la calidad; las que juegan a lo seguro y basan su negocio en un gran dominio del abecé del marketing digital sin pretensiones; las que no les importa ser marca blanca de otras agencias o no formar parte de campañas interesantes mientras haya negocio; y están las agencias que persiguen oportunidades de trabajar con marcas de cierta envergadura, hambrientas de crear campañas únicas, cuyo motor es la creatividad. Grandes pequeñas agencias.
Son estas últimas las que constituyen una mejor elección que una grande en muchos casos. Conviene conseguir referencias de las agencias pequeñas o dedicar tiempo a estudiarlas para estar seguro de estar tratando con el tipo adecuado.
Para un gran pequeña agencia de marketing digital, cada campaña para una marca grande es una oportunidad de demostrar su hambre, sus ganas y su potencial. No escatimará en recursos y pondrá a sus cabezas más potentes a diseñar y ejecutar las estrategias y campañas creativas. Aunque estamos acostumbrados a trabajar con mayor o menor frecuencia con marcas importantes, no lo damos por sentado y valoramos cada oportunidad de demostrarles nuestro talento para que esos valiosos clientes vuelvan a contar con nosotros. En una gran agencia el equipo encargado de tu marca, se ocupa también de otras mucho más grandes que la tuya. Y si decides irte, al día siguiente tendrán otra igual que les sustituya. Para ellos, no hay nada de especial en gestionar tu marca: no tienen hambre.
Por supuesto la profesionalidad se presupone y no estoy insinuando que no realizarán un buen trabajo, pero sí afirmo que las ganas, la determinación y el arrojo de unos y otros, no serán comparables.
La segunda razón por la que una gran pequeña agencia puede ser mucha mejor elección, queda retratada impecablemente en un post de José Carlos León (@comicpublicidad), en el que da la bienvenida al barro a las grandes agencias de publicidad, en el contexto de los premios publicitarios. El barro, viene a ser la exigencia de resultados tangibles en las campañas. La ineludible cita con el retorno de la inversión es una prueba al que una gran pequeña agencia de marketing está acostumbrada, no sólo a respetar, sino a glorificar y santificar, pues superarla con éxito es su única garantía de la continuidad del contrato. Refleja una manera distinta de entender el marketing y la publicidad del que muchas veces demuestran las grandes agencias, con golpes de efecto con más efecto que golpe. Nosotros trabajamos sin pensar siquiera en premios o pamplinas similares ¿quién tiene tiempo para eso? Una gran pequeña agencia coloca las conversiones, las ventas y la rentabilidad en el centro de su creatividad, no puede permitirse el lujo de no hacerlo. Aquí toca recordar la lapidaria frase de Ogilvy que muchos llevamos grabado a fuego: si no vende, no es creativo.
Por último y no menos importante, el precio. Una gran pequeña agencia con un gran servicio, no es que vaya a ser regalada, pero sus honorarios quedarán lejos de las astronómicas cifras de las monstruo-agencias.
En resumen con una pequeña agencia de marketing online puedes conseguir un plus de determinación y arrojo por tu proyecto; una mayor responsabilidad y enfoque con la rentabilidad directa de las campañas que te propongan; y un precio sensiblemente más económico. Así que ya sabes, si estás pensando en cambiar de agencia, valora seriamente la posibilidad de contar con una gran pequeña agencia, seguro que no te arrepentirás.
¡Nos leemos!