El marketing tiene que aportar un valor al producto que representan. Un extra que permita que los potenciales clientes escojan tu producto entre todas las opciones que se les ofrecen. En esto se basa toda publicidad en diferenciarnos pero ¿qué pasa cuando lo que ofrecemos no es diferente? En ese caso podemos recurrir a crear una relación más sentimental con los usuarios, tratar de ser una lovebrand.
Las lovebrands tiene el poder de generar sentimientos con sus clientes y este potencial es un éxito en si mismo. ¿Cómo se consigue? No hay fórmulas mágicas pero un camino interesante para las marcas que aspiran a ser lovebrands es hacer más comunicación que promoción en sus estrategias de marketing, los beneficios sociales para empleados son también un punto clave para muchos clientes que ven con buenos ojos ser una empresa que reinvierte en el bienestar de los propios trabajadores y les parece genial ser partícipes mediante su consumo en los productos o servicios de la empresa que los realiza.
Esta es la pieza clave sobre la que se fundamentan campañas como la de la empresa de telecomunicaciones tailandesa True Corporation que basa toda su estrategia en la premisa “Giving is the best communication” (dar es la mejor comunicación) y el vídeo que hará que se te escape alguna que otra lagrimilla porque sí, efectivamente dar es la comunicación que realmente merece la pena y cambia el mundo.
Realmente, durante el vídeo que se convirtió en viral en tiempo record solo aparece una conversación telefónica y ni siquiera se le da importancia o se destaca marca, prestaciones, etc. Es simplemente un elemento accesorio de la historia de generosidad del anuncio que no muestra a sus autores hasta el final del vídeo y solo para mostrar la moraleja de esta historia. Si hilamos muy fino, con este vídeo podemos decir que lo que pretende True Corporation es que se les identifique con la historia de generosidad que nos cuentan y por tanto el cliente considere que esta compañía de telecomunicaciones va a devolver en sus servicios más de lo que nosotros pagaremos por ellos, tal como ocurre con los protagonistas de su vídeo viral.