Hace apenas unas semanas Google anunciaba oficialmente el cierre Page Rank, haciendo temblar todos los cimientos del mundo SEO.
¿De verdad? No, en realidad no, pero sí es cierto que muchos se preguntaron en ese momento: ¿Qué va a ser del SEO de nuestras páginas sin los referentes del Page Rank?
Como todos sabréis ya, el complejo algoritmo de Google funcionaba como una especie de filtro de popularidad web que determinaba la relevancia de los distintos sitios de internet que él mismo indexaba en su buscador.
Y el valor numérico que cada web obtenía en el Page Rank (de 0 a 10) dependía directamente del número de enlaces externos que generara. Es decir, el famoso linkbuilding que vuelve locos a los analistas de medio mundo. Y es que el Page Rank de Google entendía que si existían muchos enlaces externos que dirigieran a tu web, significaba que los usuarios la consideraban relevante y que por lo tanto merecía más importancia en el ranking.
Este fenómeno, puso en marcha a todos los analistas del mundo, que empezaron a pegarse entre sí en el empeño de conseguir enlaces externos a su web, para incrementar su cifra en el PageRank.
Y esto, queridos amigos, no era tarea fácil, porque para lograr esta relevancia off-page, no valía con conseguir un enlace en cualquier sitio.
Primero, las webs en las que se publicara tu enlace tenían que pertenecer a tu mismo nicho, tenían que ser enlaces de calidad, por lo tanto, tenían que aparecer publicados en webs, que de por sí, ya tuvieran un buen posicionamiento en PageRank, y por último, no valía con un par de enlaces, la cantidad de referencias externas debía ser bastante importante.
Más de 15 años después, parece que las reglas del juego cambian. PageRank desaparece y el SEO amenazaba con quedar huérfano en referencias de posicionamiento.
Pero… ¿Realmente el PageRank era una herramienta esencial para el posicionamiento orgánico de nuestra web?
La mayoría de especialistas SEO opina que no. Al parecer, los valores del ranking de Google no se actualizaban desde 2013 por lo que los datos que se mostraban no eran del todo fiables. A pesar de ello, muchas empresas seguían basando su estrategia de posicionamiento orgánico bajo las órdenes de esta barra de herramientas.
Y entonces… ¿Qué pasará ahora? Os preguntaréis muchos. Pues nada, probablemente. Porque, aunque Google sea «el rey del mambo», también crea escuela, así que existen otras métricas que pueden ayudarnos a calcular la calidad o el posicionamiento de una página web respecto a otra.
Todas nuestras esperanzas SEO depositadas en MOZ y Majestic, entre otras:
Tanto MOZ como Majestic han desarrollado métricas propias que permiten un sencillo pero muy fiable análisis de los enlaces y de la competencia. Además, cada uno de ellos, ha decidido centrarse en diferentes aspectos a la hora de fijar sus criterios de ranking, por lo que son dos herramientas que se complementan entre sí.
Ambas tienen funcionalidades muy similares a lo que fue PageRank en su día y sin embargo, no son las que mejor les funcionan ni las que más demandan los analistas SEO. Además de eso, es muy importante tener siempre en cuenta, que cualquier dato que obtengamos de estas métricas hay que saber interpretarlo dentro de su contexto y guardarlo como guía o referencia, pero nunca asumirlo como un valor absoluto, pues al fin y al cabo, no tenemos una imagen global de la realidad, sino pequeños datos, que nos ayudan a hacernos una idea general del panorama web.
Pero dejémonos de rodeos y empecemos con el análisis de MOZ. El open site explorer de MOZ cuenta con una barra de herramientas muy cómoda, la Mozbar que nos ofrece información sobre la autoridad del dominio y la autoridad de la web en la que nos encontremos.
Cuanta más autoridad tenga la web, más fácil nos resultará posicionar sus contenidos, y lo mismo ocurre con el dominio.
En el caso de Majestic, nos ofrece una métrica conocida como “Trustflow” o flujo de confianza, que determina la autoridad de cada página en función del número de clics que le separan de una fuente de autoridad relevante.
Es decir, si para llegar hasta mi web desde una página de relevancia, como Marca.com, Elpaís.es, etc. el usuario tiene que hacer clics en diferentes enlaces y pasar por diferentes webs hasta llegar a la mía, el trustflow es menor, que si el usuario hiciera un solo clic directo a mi web, a través de una publicación en la home de la página de autoridad, por ejemplo.
Por otra parte, Majestic cuenta también con otra funcionalidad muy útil: la “citation flow” o flujo de citas, una herramienta que mide el número de menciones (en este caso enlaces) que apuntan a la página web o el dominio en cuestión.
Lo mejor de todo, es que Majestic, te permite cruzar estos dos datos (el trustflow y el citation flow) para obtener una idea más aproximada de la relevancia de un sitio.
Además de estas dos herramientas que, en principio parece que nos ofrecen datos más pertinentes que lo que en su día nos ofrecía el famoso PageRank, no debemos olvidar que también es muy útil el hecho de fijarnos en el número de visitas que recibe cada web, un dato que puede consultarse con la ayuda de SEMrush, o Ahrefs, plataformas que, en base a sus propios algoritmos, te ofrecen un tráfico estimado a la web. Insistimos en que son estimaciones, y que lo mejor es cruzar los datos antes de sacar ninguna conlusión, porque ninguno de los resultados que nos ofrecen esta herramienta son exactos al 100%.
El mundo de la analítica SEO, como decía Tonino Carotone en una de sus canciones è un mondo diffícile, que desde luego no acaba aquí. Así que dejemos de tirarnos de los pelos por la decisión de Google de darle una muerte digna a una herramienta que llevaba años agonizando en la red, y aprovechemos las oportunidades que nos brindan, aquellos que, en su día, tomaron el relevo y han demostrado estar haciéndolo igual de bien, o incluso mejor, que el gigante de internet. ¡Larga vida al SEO!