En una galaxia muy, muy lejana, el emperador Google creó un algoritmo para asignar una posición a cada web de la galaxia. Sin embargo, un pequeño grupo de rebeldes galácticamente conocidos como los expertos SEO, desafiaron insolentemente la hegemonía del algoritmo imperial, urdiendo astutas artimañas para lograr rodearlo, engañarlo o engatusarlo. A su lado luchaba el Jedi PageRank, hijo pródigo del emperador que tiempo atrás había traicionado a su padre para convertirse en un poderoso aliado de la rebelión SEO. Con su privilegiado acceso a la fuerza, facilitaba la perturbación del orden establecido por el imperio prodigando información clasificada de todas las páginas webs. La información suministrada por PageRank fomentó el nacimiento de un mercado negro de tráfico de influencias, más allá del poder del emperador. Hasta ahora. El emperador Google haciendo un despliegue de fuerza, ha sometido a PageRank para obligarle a volver al lado oscuro de la fuerza. Y con él, toda la información que suministraba.
A efectos narrativos para ilustrar la muerte del PageRank, lo facilón era que Google fuera el lado oscuro y los expertos SEO, los heroicos rebeldes, pero es más bien al revés… Google se esfuerza en implantar y mantener un sistema para que los usuarios encuentren los contenidos más adecuados a lo que buscan, algo más que razonable ya que es el core de su negocio. Nosotros sin embargo, las malvadas agencias de posicionamiento SEO, hackeamos el sistema para que los usuarios no encuentren lo que buscan sino lo que queremos venderles. Vaya individuos estos SEOs…
Afortunadamente Google no desfallece y continúa endureciendo el camino para el posicionamiento Web artificial. En mucho menos tiempo de lo que parece, hemos pasado de aquellos maravillosos años en los que se podía posicionar cualquier web a base de enchufar links entrantes a chorro y ocultar palabras clave, a estos también maravillosos años en los que tenemos que basarnos principalmente en contenido de calidad para el usuario. Es decir, hemos pasado de hacer que el usuario se encuentre con nuestras marcas en medio de su búsqueda, a convertir las marcas de nuestros clientes en el objetivo de la búsqueda. Mucho más inbound, más cool y mejor, que coño.
Es decir, Google como efecto colateral de perfeccionar su algoritmo para impedirnos hackearlo, ha cambiado la naturaleza del trabajo de posicionamiento SEO. De ser hackers del sistema imperial, a base de trucos, subterfugios y argucias, hemos pasado a ser adalides de la utilidad y la generación de valor para el usuario. Muchos pensaban que Google iba a cargarse el posicionamiento SEO y en pocos años desaparecería el puesto de trabajo. Lejos de esto, ha conseguido algo mucho más positivo: ha puesto a los SEO del universo a trabajar para que las webs de todo Internet (y por tanto las marcas detrás de las mismas), aporten valor a los usuarios. Nos ha puesto a generar contenido de calidad para realmente proporcionar la solución más relevante a la búsqueda del usuario. Hemos pasado de ser la guía de trucos del videojuego a ser el hermano mayor de tu mejor amigo, que era capaz de pasarse el juego en modo difícil. Bravo Google.
Aunque, seamos sinceros, aún nos quedan algunos ases en la manga ¿verdad?
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Eso sí, cada vez es más difícil, más complejo y más costoso. No todo iba a ser bonito. Pero claro, encontrar la estrategia para convertirse en el contenido más relevante para las búsquedas de tu público objetivo, cuando tu competencia cuenta con la misma información de partida que tú, no es moco de pavo. El posicionamiento web ha pasado de ser una carrera de velocidad a ser una partida de ajedrez.
Hay quién dice que el SEO se muere. ¿Morirse? ¡Pero si está más vivo que nunca!
¡Nos leemos!