Nos movemos en un universo en el que las cosas nos gustan porque sí o mejor dicho porque no existe la opción de que no nos gusten y sí, hablamos del universo Facebook en el que todos los «animales digitales» habitamos día y noche. ¿Cuántas veces vemos una foto que nos horripila pero no encontramos la opción «no me gusta»?
Parece que Mark Zuckerberg y su equipo decidieron que para evitar la negatividad de un botón de «no me gusta» lo mejor era que no existiera, si no hay perro no hay rabia aunque muchos usuarios lo demandamos desde los albores de la red social. El «caralibro» lleva desde 2010 negándose a darnos el dichoso botón de «no me gusta» y hace poco descubrimos que la razón para no dejarnos expresar nuestra disconformidad con una publicación es simplemente que les parece negativo y pretendían obligar al usuario a justificar su desagrado mediante un comentario porque de esta manera se reducirían los «no me gusta» por vagancia y se limitaría la destructividad del gesto al justificarlo… personalmente y desde el punto de vista de una usuaria, siempre me ha parecido un fallo grave de usabilidad.
Si hablamos desde el punto de vista profesional, ¡temo el día en que se decidan a incluir un «no me gusta»! y parece que ese día está ya muy cerca. Facebook comunica por boca de Mark Zuckerberg que «se están replanteando la idea». Parece que la compañía quiere dar todas las opciones para que los usuarios muestren sus emociones y este botón de «no me gusta» sería una necesidad para ellos. Claro que aún tienen que darle una vuelta al texto de este botón para restarle la negatividad que tanto les preocupa… como si Facebook fuera una utopía en la que a los usuarios todos nos pareciera maravilloso.
Como Social Media Manager, el día que los usuarios dispongan de un botón que les facilite la queja sin argumento creo que será el final de la reputación de muchas empresas. Los primeros días con botón de desagrado serán la prueba de fuego y un reto a la creatividad en el manejo de las relaciones públicas online de muchas empresas. Lo cierto es que aún queda para que este botón forme parte de nuestras pesadillas y llegado el momento tendremos que aprender a gestionar los «no me gusta» y la incertidumbre de no poder emplear ninguno de los recursos habituales para para recanalizar el descontento del usuario en beneficio de la marca.
Tendremos que aprender a encajar los resultados de este botón e inventar la manera de paliarlo con paciencia y contenidos ajustados para que ¡gusten! En definitiva parece que Zuckerberg y sus chicos están dispuestos a hacer de Facebook un lugar más real en el que los usuarios tengamos todas las opciones para expresarnos. Los profesionales del Social Media tendremos que trabajar para sobrellevar el caos de este arma de destrucción en manos de los usuarios.