El video content es la estrella de cualquier estrategia de contenidos para social media y blogs. Hoy en día, disponemos de un amplio surtido de formatos audiovisuales asequibles a todos los bolsillos sin necesidad de recurrir a producciones excesivamente caras. Combinar estos nuevos formatos con piezas de video content convencional dotará a tu estrategia digital y social media de un catálogo de contenido audiovisual variado y atrayente.
Sin embargo, el rey del contenido audiovisual sigue siendo el vídeo de media y larga duración. Los principales blogueros hacen vídeos que superan con mucho los 15 minutos de duración. La vieja máxima de que los vídeos largos no los ve nadie es falsa; que los profesionales del marketing no tengamos tiempo ni para dormir – y mucho menos para ver vídeos que duren más de 90 segundos -, no quiere decir que la mayoría de los mortales sí consumen este tipo de contenidos. Siempre que tengan la calidad suficiente y les aporte valor, por supuesto.
Existen mercados, productos y servicios cuya complejidad nos obliga a construir mensajes más elaborados, que no pueden ser contados con formatos como IG Stories, GIF’s o incluso cápsulas de 40 segundos. En estos casos, no tenemos más remedio que recurrir a producciones diseñadas a nuestra medida, cuyo coste es sensiblemente mayor. Esto puede suponer un problema ya que cada vez necesitamos más inventario de vídeo para nuestra estrategia de comunicación y social media.
No te engañes, este inconveniente le sucede a todas las marcas, independientemente de la dimensión y el presupuesto con el que cuenten. La fórmula dice que, a mayor presupuesto, más necesidades de comunicación y más exigencia de calidad de producción tiene una marca. Porque comunicar sin recurrir al vídeo hoy en día es una quimera con escasas probabilidades del éxito.
Pero, incluso en estas ocasiones, hay pautas que os pueden ayudar a abaratar vuestra inversión en contenidos audiovisuales. Os contamos algunas…
5 consejos para no dejarte todo tu presu en video content
Planifica a largo plazo
Un buen consejo es decidir qué piezas necesitas a medio/largo plazo – por ejemplo, a 6 o 12 meses vista – y concentrar el rodaje de todas las piezas en pocas jornadas de rodaje. De este modo, rentabilizarás mejor costes, ya que partidas como localización o estilismo podrán ser utilizadas para todas tus piezas.
Utiliza tus recursos
¿Tienes a alguien en tu equipo que de bien en cámara? ¿Hay algún lugar en tu empresa que se pueda utilizar como plató? Recurrir a tu personal, usar bases musicales con derechos – por ejemplo, las que tengas compradas para radio – o utilizar tus puntos de venta o formación como plató ahorran costes y le dan una pátina de credibilidad a la producción.
Homogeneiza tus piezas
Otra idea que te ayudará a ahorrar costes es dotar a todas tus piezas de un aire homogéneo. Por ejemplo, crear una cartela de entrada o de salida que sea común a todos tus vídeos, usar los mismos actores o localizaciones, repetir estilismos o filtros te ayudarán a abaratar tus producciones.
El video content no tiene porqué suponer reinventarse con cada nueva pieza. Trabajar con series de contenidos, además de ahorrar costes, dotará a tu estrategia de las 3 Grandes «CO’s»: coherencia, consistencia y continuidad. Y esa siempre es una fórmula mágica eficaz para rentabilizar tu comunicación.
Consensúa lo que quieres hacer
Por muy sorprendente que parezca, el principal motivo de desvío de costes en producción audiovisual proviene de cambios en post-producción motivados por desavenencias internas. Es frecuente que una pieza genere distintas expectativas entre miembros de un mismo equipo, que la interpretan y la imaginan de forma diferente o que consideran que no está alineada con los intereses de cada departamento.
Por tanto, siempre es aconsejable, por muy sencilla que sea una producción, hacer una PPM (pre-production meeting) con la agencia y la productora, donde se ponen en común todos los elementos de la producción, desde el storyboard hasta el arte, pasando por casting, tiros de cámara, recursos de post-producción, localización/es… Todos los responsables de la marca deben acudir a esta reunión, ya que es donde se resuelven discrepancias y se aprueba cuál debe ser el resultado final.
Utiliza videomakers
Otra opción interesante es recurrir a video-influencers, como son los youtubers o los vloggers. El vídeo es su forma de expresarse; lo dominan perfectamente y cuentan con comunidades con cientos de miles e incluso millones de seguidores, con lo que también te facilitarán la distribución de tus vídeos.
Evidentemente, usar influencers no es por sí mismo una estrategia que te ayude a ahorrar en producción, si lo comparas con las productoras especializadas en social media. Pero, si añadimos a la ecuación la distribución que los influencers aportan en sus comunidades y la notoriedad que supone asociarse a figuras sobradamente reconocidas para nuestro target, el resultado mejora mucho; la rentabilidad está asegurada.
Sobre todo, si eliges al influencer adecuado. Pero ese es otro cantar y, como diría Michael Ende, debe ser contado en otra ocasión… Nosotros, en concreto, ya te lo contamos en un anterior post:
Por supuesto, una estrategia audiovisual para social media no tiene por qué apoyarse solo en vídeos. Hoy en día existen muchos más formatos y opciones interesantes de social broadcasting, con los que, por un coste muy rentable, puedes complementar y enriquecer tu estrategia de contenidos.
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