Todos lo hemos hecho. Somos humanos: una noche aburrida, de esas en las que andamos de bajón, nos dedicamos a buscar los perfiles de amigos de Facebook que sabemos están en una mala situación. O al menos, de esos que se quejan de todo en su muro. La buena noticia es que no estás solo: un estudio ha demostrado que hay una razón científica para este comportamiento.
Dos investigadores de la universidad de Ohio han realizado un estudio que demuestra que cuando estamos de buen humor y nos sentimos optimistas, buscamos interactuar con los perfiles de los amigos que consideramos más guapos y con más éxito.
Pero cuando nos sentimos mal… ¡ay! Buscamos algún tipo de consuelo para no hundirnos, e interactuamos y buscamos a aquellos cuyos perfiles y muros demuestran que están teniendo más dificultades en la vida. Aunque quizá es sólo que se quejan más. En todo caso, sentimos que no estamos solos y, comparados con ellos, no estamos tan mal.
El estudio se ha realizado sobre 168 estudiantes de la universidad. Primero, se determinaba cuál era el estado de ánimo, utilizando un software de reconocimiento facial. El programa les daba un resultado muy polarizado: “muy bien” o “terrible”.
Después, se conectaban a una red social falsa llamada “Social Link”, que les permitían interactuar con 8 perfiles, clasificados según atractivo y éxito laboral. Los que se sentían peor, se interesaban más por aquellos que parecían aún más infelices que ellos. Y en el caso de los que se sentían felices, era al contrario.
La investigadora Silvia Knobloch-Westerwick, argumentaba que “nuestra red social imaginaria es diferente a Facebook, pero nos beneficia a la hora de hacer experimentos. Nos da más control sobre los rasgos que influencian la navegación. Otros estudios dependen de respuestas a una encuesta en un momento muy concreto, lo que dificulta entender la relación causa-efecto”.
Los resultados completos del experimento aparecerán publicados en diciembre. Está claro que lo de “mal de muchos, consuelo de tontos”, aunque sea un refrán viejo, sigue siendo válido en la era de las redes sociales. Quizá por eso nosotros defendemos la importancia del humor también en las acciones sociales: nunca hay suficientes cosas que te hagan sonreír.