Una página de error 404; quién podría imaginarlo. La creatividad está en todas partes y se puede aplicar en todas partes; sólo es cuestión de tener una actitud abierta y encontrar la oportunidad adecuada para aplicarla en nuestro beneficio.
El mundo pertenece a las mentes y las marcas que tienen interiorizado esto. Son capaces de ver luz donde otros solo ven grises espacios saturados de aburrimiento. Como una página 404. Sí, esas páginas que todos hemos encontrado alguna vez al pinchar sobre una página mal enlazada o con el desarrollo a medio construir. Incluso ese espacio, fruto de un error, se puede convertir, bien trabajado, en una magnífica oportunidad de impactar positivamente a nuestra audiencia.
Todas las páginas tienen, aunque sea por defecto, una página 404. Normalmente, estos espacios son desaprovechados por los desarrolladores web. La mayoría de páginas se limitan a crear una página tan plana, escueta y aséptica como un apéndice del BOE. Algo más o menos así…
Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con verdaderos chispitas que tienen ese oculto super poder de sacar oro donde otros solo ven cemento. Y se curran algunos pedazos de obras de arte tales que te dan ganas de equivocarte al teclear para dar con una de ellas.
Muchas de estas páginas pasan desapercibidas para la mayoría de usuarios. De hecho, si una página está bien construida y enlazada, jamás deberías de caer en una página de error 404. Sin embargo, esta gente ha tenido las luces de pensar una creatividad específica para éste lugar. ¿Derroche? ¿frikismo? ¿pérdida de tiempo?
Llamemos a las cosas por su nombre. Genialidad. Y Excelencia. Las grandes marcas son las que se esfuerzan por buscar la excelencia en todo lo que hacen. Incluso en lo que hacen mal. Como una página 404.
Porque la imagen que construimos en nuestra mente sobre una marca se compone de la suma de impactos que ésta nos ofrece. Todos y cada uno de ellos cuenta. Todos y cada uno de ellos tienen que estar alineados y orientados hacia un mismo objetivo. Todos y cada uno de ellos tienen que ser coherentes con la personalidad y la esencia de la marca.
Las marcas que admiramos, esas de las que nos enamoramos, son las que prestan especial atención a los detalles, las que se obsesionan con la perfección, las que depuran y optimizan hasta el último frame, coma o centímetro que pueda llegar a ser percibido por sus clientes y usuarios. Por muy oculto o insignificante que sea.
La publicidad y la comunicación saben mucho de esto. Rechazan la mediocridad (siempre que los presupuestos lo permiten) y se empeñan en buscar ese santo grial que es la excelencia. Y para ello, como decíamos antes, aplican una suerte de alquimia fabulosa que llamamos CRE_A_TI_VI_DAD.
Y claro, luego resulta que salen cosas como éstas…

















Pero, de todas, la mejor y más grande creatividad que hemos encontrado, a nuestro humilde entender es…

