Las ideas son fáciles de tener cuando te asaltan en mitad de la noche o vas en autobús pero precisamente esta facilidad de tener ideas es la que en ocasiones devalúa el talento de los creativos. Forzar a la musa no es tarea sencilla y puede que de tanto exprimirla no acuda a ti cuando la llamas que para eso es una musa y no está domesticada. Entonces… ¿cómo podemos tener LA IDEA cuando la necesitamos?
Para mí, las ideas no son una cuestión meramente divina y hay factores ordinarios que pueden provocarlas aunque no siempre. Formación, experiencia, talento, ¿suerte? Nada garantiza que una idea llegue a buen término y si no preguntad en la asociación de creativos españoles, grandes ideas que nadie sabe si hubieran funcionado porque toparon contra el muro de un cliente al que no le gustó o «quería darle una vuelta» que terminó por desvirtuar el original hasta que fue otra cosa totalmente diferente a la idea original.
Las grandes ideas son esas que cuando te llegan oyes música celestial pero sin la confianza del cliente acaban en un saco (sin fondo) esperando su oportunidad de nacer como proyecto, fecha que en ocasiones jamás llega para frustración del padre de la criatura non nata. Las ideas son esquivas y a los creativos, acostumbrados a ellas, no hay cuestión que más les incomode que ver como una «gran idea» termina siendo un «frankenstein» sin pies ni cabeza. En esto del marketing online hay creativos a los que hay que echarles de comer a parte porque son tan puristas que se transforman en totalitarios sin cabida en el negocio de la publicidad, el marketing y la comunicación ya que para ellos la agencia de marketing online es estudio de arte, aunque como todos esperan su ingreso a final de mes por poco glamuroso y artístico que eso suene…
En Brandominus y particularmente yo, tenemos nuestra propia manera de atraer a la musa y nos gusta trabajar con el cliente, nunca se sabe quien puede tener la base para una gran idea. Creemos que la experiencia en marketing y el saber es un grado pero en ocasiones sorprende que una idea surja de manera espontánea durante una charla en la hora de la comida o vete a saber como… Lo importante es contar con el conocimiento.
No hablamos de conocimiento simplemente académico que es muy importante, si no del pleno conocimiento de nuestros clientes, de como trabajan, que esperan de nosotros, donde quieren llegar y su trayectoria anterior. De esta manera cuando la idea llama a nuestra puerta, ¡tenemos claro que es lo que necesita nuestro cliente! Así nuestras ideas llegan ya perfectamente formadas para ellos. Eso es experiencia.
Claro que la experiencia, no asegura que una gran idea sea un gran éxito en marketing online, muchas veces los medios o el momento no son los apropiados para que tengan la repercusión que cabría esperar porque los usuarios son como dijo Ortega y Gasset «ellos mismos y sus circunstancias» y como desconocemos las circunstancias de todos y cada uno que además son cambiantes… solo podremos apelar a la suerte.
La suerte bien entendida ya que el azar es una disciplina matemática que se basa en la repetición de ciertos patrones lógicos de probabilidad. Si una acción ha funcionado anteriormente lo más probable es que vuelva a funcionar pero no es exacto porque siempre hay una probabilidad de que no sea tan éxitosa y más si tenemos en cuenta que la sociedad no es estática y se ve afectada por circunstancias externas. Es decir, si tu despertador suena diarimente a las 7.30 am no tendría porque no sonar mañana a esa hora salvo que haya un corte de luz que haga que tu despertador se desconfigure, ese corte de luz no era previsible por lo que tú que siempre llegas a trabajar a tu hora probablemente llegues tarde.
Nosotros trabajamos para capturas a las musas con estos tres valores: conocimiento, experiencia y suerte; los metemos en la coctelera y nuestro equipo lo sirve en bandeja. Una ambrosía ideal para que la inspiración no nos abandone.