Como ya sabéis Whatsapp es el «pequeño» tesoro que Zuckerberg compró para Facebook por el módico precio de 22.000 millones de dólares, un día como otro cualquiera de octubre de 2014. En aquellas fechas, todos especulamos sobre los posibles movimientos que sucederían a la compra: que si Facebook Messenger se fusionaría con Whatsapp; que si Whatsapp integraría funcionalidades propias de Facebook; que sí comenzaríamos a ver publicidad en la app de mensajería instantánea…
Lo cierto es que hasta ahora, lo único que ha sucedido es que Facebook ha utilizado la información de nuestros contactos en Whatsapp para conectarnos con más gente en su red social. Todos notamos como repentinamente nos sugería como amigos personas que Facebook no tendría por qué saber que conocíamos. ¡Ni siquiera nosotros recordábamos que conocíamos a algunas de ellas! Eran números de teléfono olvidados en nuestras agendas… Y nada más. Y nada menos. Salvo acceder a esa valiosísima información aún no han intentado rentabilizar su adquisición de otro modo. Pero eso va a cambiar.
¿Qué está pasando hoy con Whatsapp?
No es necesario contar con información privilegiada para aventurarme a asegurar que cambiará. Facebook es una empresa y como tal, su misión en la vida es conseguir beneficios para sus accionistas y así lo están demostrando con sus decisiones desde su salida a bolsa. Whatsapp es un caramelito todavía virgen con un potencial tremendo. Tal es su potencial, que todo el sector del marketing y desarrolladores estábamos babeando ante la posibilidad de que en el último F8 (conferencia anual para desarrolaldores de Facebook) se anunciase la API de Whatsapp. Pero no.
Aunque no había pistas de que fueran a anunciarlo, el murmullo en el sector existía. Brian Acton, cofundador de la plataforma de mensajería instantánea se encargó de zanjar el debate, afirmando que quieren mantener la expriencia del usuario pura y no inundar al usuario con mensajes intrusivos. Según hizo este anuncio un gran número de personas abandonó directamente la sala decepcionadas.
Las puertas que sí ha abierto Facebook a los desarrolladores son las de Facebook Messenger. Pero no es lo mismo.
¿Por qué no abre las puertas Facebook? Es evidente. Tienen que estar muy seguros de qué quieren hacer y dónde quieren llegar con su tesoro. Whatsapp es sagrada para Facebook, es una de sus posesiones más valiosas por su potencial. Aunque actualmente Whatsapp «sólo» cuenta con 700 millones de usuarios en todo el mundo, la mitad de los 1.400 millones de usuarios activos de Facebook, la frecuencia de uso y la dependencia de los usuarios, es sustancilamente mayor que hacia la red social. Unido a que el crecimiento de Facebook se está ralentizando y el de Whatsapp no para de aumentar, no es de extrañar que Zuckerberg and company se lo piensen bien pensado antes de dejar que nadie meta mano.
¿Qué va a pasar mañana con Whatsapp?
Pero como decíamos al principio, hablamos de una empresa. Es decir, de una entidad que utiliza sus recursos para obtener beneficios. Inevitablemente llegará el momento de explotar Whatsapp y recoger los frutos de la inversión mil millonaria. Y será más pronto que tarde. ¿Y cómo lo hará? Pues como sabe hacerlo, convirtiendolo en una plataforma publicitaria. Será con mucho cuidado y quizás sorprendiéndonos con formatos y formulas que aún no conocemos. Lo único cierto es que si simplemente llenaran nuestros chats y grupos con anuncios intrusivos a la antigua mandaríamos la app a freir espárragos inmediatamente. Es eso y no otra cosa, lo que está deteniendo al gigante azul y lo empuja a preservar con tanto ahínco una «experiencia pura» para el usuario: encontrar la fórmula para conseguir que las empresas queramos pagar y el usuario no se sienta invadido.
Creo que no me voy a equivocar ni un pelo si os adelanto ahora mismo como lo van a hacer: a través de contenido. ¿Otra vez con el contenido? Mira a tu alrededor… La publicidad que te cruzas hoy o es contenido interesante o es molesta, no hay punto intermedio. ¿Que todavía la publicidad tradicional de RPGs, frecuencias e impactos es la más rentable? Sí, todavía lo es. Pero hay que estar ciego para no ver la dirección que lleva esto.
Whatsapp terminará adoptando una fórmula sino exactamente igual a la elegida por Snapchat, una muy parecida. De algún modo concederá espacios a las marcas dentro de su app desde donde podrán crear contenidos, buenos contenidos. Esos espacios serán facilmente accesibles por los usuarios, pero requerirá que ellos manualmente accedan porque bajo ningún concepto se les va a aobligar a que se lo encuentren en sus conversaciones de chat. ¿Por qué serán buenos los contenidos? Porque de otro modo no los verá nadie porque no deben ser intrusivos sino atractivos. Whatsapp no impodrá publicidad a sus usuarios, la expondrá muy a nuestro alcance y seremos nosotros quienes elijamos si la vemos o no la vemos. La viralización hará el resto. Si la consigues, majo.
Intrusión e imposición versus atracción y exposición. Si es el rumbo que lleva el marketing ¿por qué iba a ser distitno en Whatsapp?
¡Nos leemos!